domingo, 30 de marzo de 2014

13.586 La goma del pelo verde.

A veces se producen eventos de carácter imprevisible, incluso dentro de una vida de pocas y estáticas variables.

Soy una persona muy difícil de sorprender y en condiciones normales hoy me hubiera sorprendido. Desde que mi corazón murió ya sólo casi late ese corazón superficial que mantiene mi cuerpo.

Durante todos estos años me alimentaba mi espíritu, aun en soledad, aun en decadencia. Notaba esas ganas de vivir dentro de mi. Una auténtica caldera vieja de hierro fundido, de las que o rompen o dura 200 años. Segundo tras segundo bombeaba litros y litros a cada rincón de yo, independientemente de la condición de trabajo, sin descanso.

Que mi corazón muriera no está relacionado con que mi pareja volará por no ser compatible sus necesidades con mi situación, o mi camino demasiado peso, fui un estúpido.

Siempre he sido una persona libre, aun vendiendo mi tiempo y recursos, si en algún momento me interesé por alguien fue por compartir algo, nunca por necesidad. Olvidé quien soy ...

Me ha quedado claro que en mi caso ciertas cosas son un error, soy 100% compatible conmigo mismo y la soledad.

Me siento raro, se que debería de haber sentido un pulso desde mi corazón, fue bonito, inesperado y decidió por su parte el invitarme a compartir algo de su tiempo hoy. Me gustó, lo aprecio mucho.

También he de reconocer que alguien externo a mi ha movió la manecilla de -10 a -9, y nunca nadie sin ser yo mueve esas manecillas.

Hace muchos meses decidí hundir el barco y se cruzó alguien mientras se iba a pique.

Todo hombre necesita un faro, incluso en el momento del naufragio y muerte, creo que esta vez la luz del faro me eligió a mí, nunca sentí tanta Paz con  nadie.

¿Has pensado alguna vez a quien salvarías de todo el planeta?

Desde el día que envié al fondo mi barco, se donde está el único faro de mi mundo de agua.

-Y tengo su goma de pelo verde-





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