La mañana comenzó con una extensión del cisma de ayer, la única palabra que cruzó conmigo es "me quieres destrozar la casa" ha puesto patas arriba su habitación, el bajo entero, y mí habitación. Faltan cosas y a tirado o roto lo que le ha venido en gana.
Cualquier cosa genera un enfado de dimensiones épicas, toda su ira y problemas que los tiene, edad, agotamiento, salud, la desgracia de hijo, los lanza contra mí, aunque así es desde siempre, su vida no ha sido agradable, pero a trabajado incansablemente toda ella, mi madre tendrá sus cosas pero es un ejemplo de tenacidad y honestidad, entrega y sacrificio.
Bueno, estará varios días así, nunca dirá lo siento ni perdón y nunca recapacitará, desde su punto de vista tiene todo el derecho a pisar, gritar, insultar y machacar en este caso a mi.
Entre las cosas más peligrosas para uno mismo se encuentra el no saber encajar los envites de la vida y reflejar estos hacia otras personas o cosas exonerando a uno de toda responsabilidad.
Somos responsables de nuestros fracasos tanto como de nuestros éxitos, y no hay mayor fracaso que no saber asumirlos a veces las cosas son como son y no se pueden cambiar.
Siempre digo "NO PUEDO MÁS" pero aquí estoy con la vida destrozada, el corazón muerto y el alma perdida aguantando la tempestad perfecta. Ya como un inerte, podrido y decrépito tronco que se cae a jirones con cada envite del mar.
Curtido por la sal, sellados mis poros y petrificadas mis venas ya solo las olas mecen mi destino.
15:45 Tengo que desplazar este cuerpo a casa de mi tía para arreglar un buzón y una rueda de carretillo que dejé ayer cuando traía el cemento. Me cago en el tío de la bici que tengo que ir andando.
Amontonamiento, buzón, río ... |
18:55 Buzón de mi tía arreglado, de vuelta un paseo por el cauce del río me anima un poco e intentar grabar una ruta por él. Cuanto cuesta ordenar el vació.
No hay comentarios:
Publicar un comentario